domingo, 1 de mayo de 2011

Con todo nuestro amor y respeto, te decimos: adelante, Ms Viviam!

8 de marzo de 2011, Puente de la Mujer
de Buenos Aires. En primera fila, Viviam
Perrone. Detrás, Elsa Gómez.
Por Elsa Gómez, mamá de Daniel Sosa*
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Pocos conocen la historia de esta mamá. Por eso hoy, como muchos familiares de víctimas inocentes de la violencia, queremos hacerle saber que nunca olvidaremos lo que hizo por su hijo Kevin Sedano, atropellado y abandonado el 1º de mayo de 2002, en la avenida del Libertador, partido bonaerense de Vicente López. Recuerdo que tiempo después de la tragedia, un día nublado, quizás un poco lluvioso, estábamos protestando frente a los tribunales, en la Ciudad de Buenos Aires, pidiendo justicia por los chicos asesinados en el triple crimen de Floresta. Entonces ella llegó sosteniendo en sus manos un pequeño volante, el de su hijo. Desde entonces, dambuló por todos los tribunales. Con humildad y respeto se hizo escuchar por cada funcionario que le abrió las puertas. Logró que las autoridades tomaran medidas contra las picadas automovilísticas. También que las autoridades distinguieran conceptos como 'hechos de tránsito' -pueden evitarse- y 'accidentes' -no pueden evitarse-. Preparó un proyecto de ley para castigar al automovilista que atropella y abandona a la víctima. Y otros para corregir todas las falencias que hay en las leyes de tránsito. Más de una vez la ví llorar y decir 'basta'. Pero el amor a sus hijos la hizo continuar. Soy testigo de toda su lucha y de todo su dolor. Les hablo de Viviam Perrone, presidente de la Asociación Madres del Dolor, mamá de Kevin Sedano, atropellado y abandonado. Después de nueve años, el asesino continúa en libertad. Con todo nuestro amor y respeto, te decimos: adelante, Ms Viviam!
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*Daniel -el Negro para sus íntimos- tenía 33 años, era padre de dos hijos y trabajaba como camionero. Hasta que el 2 de febrero de 2001, el policía Ramón Olivera le disparó en Aldo Bonzi, partido bonaerense de La Matanza, a pocas cuadras de la casa de Sosa. El juicio posterior probó que el asesino, lo que quería, era robarle el auto a la víctima.

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