jueves, 28 de julio de 2011

Susan Murray es una mujer valiente y amiga de María Marta García Belsunce

Se lo dijo Silvia Irigaray, de la Asociación Madres del Dolor, a Irene Hurtig, una de los integrantes de la familia señalada por el crimen ocurrido el 27 de octubre de 2002 en el country El Carmel. El diálogo fue iniciado por la hermanastra de la víctima, que se acercó a la primera a la salida de los Tribunales de San Isidro. A continuación se reproducen dos coberturas periodísticas sobre la tensa escena y el desarrollo del juicio.
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Las fotos de la derecha fueron tomadas ayer en los Tribunales de San Isidro. La superior muestra a Irene Hurtig diciéndole a Silvia Irigaray -de la Asociación Madres del Dolor y amiga de Susan Murray-: “Las víctimas somos nosotros” (Télam). En la inferior aparecen Susan Murray y Silvia Irigaray (Diario Popular).
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FUENTE: diario Página 12
ENLACE: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/subnotas/173208-54890-2011-07-28.html
SECCIÓN: Sociedad
FECHA: 28 de julio de 2011
AUTOR: Carlos Rodríguez
VOLANTA: Conmoción entre familiares
TÍTULO: Clima tenso
DESARROLLO: El testimonio de Susan Murray provocó conmoción entre los familiares de María Marta García Belsunce. La más molesta fue Irene Hurtig, quien aunque no presenció la audiencia, esperó la salida de Murray de la sala con el evidente propósito de hablar con ella para cuestionar lo que había dicho. Eso no fue posible porque Murray se retiró por una salida lateral. Ante esto, Hurtig encaró a Silvia Yrigaray, de la Asociación Madres del Dolor, quien se hizo presente para expresarle su apoyo a la testigo. “Usted tiene todo el derecho de acompañar a quien quiera, pero tiene que tener en cuenta que las víctimas somos nosotros, los familiares de María Marta que estamos siendo acusados sin ninguna prueba”, le dijo Irene Hurtig a Yrigaray, en tono amable, pero de abierto reproche.
Silvia Yrigaray es la madre de Maximiliano Tasca, asesinado el 29 de diciembre de 2001 por el policía Juan de Dios Velaztiqui. Ante el reproche de Hurtig –medio hermana de María Marta–, Yrigaray respondió que había concurrido para acompañar a Murray “porque es una mujer valiente que vino a decir su versión sobre lo que sabe acerca de lo que le ocurrió a su amiga”. Hurtig le sugirió a Yrigaray que las Madres del Dolor “salgan a pedir justicia para nosotros, que somos la familia de María Marta”.
La conversación, aunque tensa, se dio en un marco de mutuo respeto. Yrigaray le señaló a su interlocutora que “van a ser los jueces, y no nosotras, los que van a determinar quiénes son culpables y quienes inocentes”. Hurtig rechazó los dichos de Murray: “Somos inocentes, caímos en una trampa mediática y judicial”.
Cuando la amiga de María Marta terminó de declarar, fue rodeada por periodistas y por familiares de la socióloga asesinada. Estaban John Hurtig, medio hermano de María Marta, Guillermo Bártoli y Horacio García Belsunce, además de Irene Hurtig. A John se le escapó una crítica: “Mirá cómo le gustan las fotos”. Lo dijo mientras Murray era asediada por reporteros gráficos y camarógrafos.
El más discreto fue Horacio García Belsunce, que poco antes había recibido un reto de parte de la presidenta del Tribunal Oral 1 de San Isidro, María Elena Márquez, por sus permanentes salidas de la sala de audiencia para conversar con familiares. Esta vez, el imputado salió mientras declaraba Murray. Cuando volvió, la jueza lo retó: “Limite sus salidas para hablar con el público”. García Belsunce se defendió diciendo que había hablado con su hija. “Por eso mismo se lo digo”, replicó Márquez.
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FUENTE: diario Página 12
ENLACE: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-173208-2011-07-28.html
FECHA: 28 de julio de 2011
SECCIÓN: Sociedad
AUTOR: Carlos Rodríguez
VOLANTA: Murray y Ongay sospechaban de la familia en el crimen de María Marta
TÍTULO: Dos testigos movieron el avispero
BAJADA: Las dos amigas de María Marta García Belsunce oscurecieron el horizonte de las defensas. Recordaron las contradicciones de la familia. Es posible que sean careadas con Pichi Taylor y Horacio García Belsunce. Hoy declaran peritos.
DESARROLLO: Dos amigas de María Marta García Belsunce, al declarar en el juicio por el encubrimiento, expresaron dudas por las actitudes que tuvieron, luego del asesinato, varios familiares y allegados a la víctima. Inés María Ongay, amiga de la infancia de María Marta, aseguró ante los jueces que Nora “Pichi” Burgues de Taylor, íntima del matrimonio formado por la socióloga asesinada y Carlos Carrascosa, le comentó que como el caso “se podía abrir como suicidio o asesinato, habían pagado para que se hiciera lo que el Gordo (por el marido de María Marta) quería: que no se hiciera la autopsia y que se la enterrara en la Recoleta, a última hora”. Susan María Murray, quien compartía tareas sociales con la víctima en Missing Children Argentina, dijo por su parte que Carrascosa, una vez que se confirmó que fue un homicidio, la citó en la confitería Rond Point, en Palermo Chico, para preguntarle si entre algunos papeles de María Marta había encontrado “unas cartas que ella tenía escondidas”, que habían sido intercambiadas “entre los hermanos” García Belsunce y que estaban referidas a “quilombos familiares”.
Murray, al igual que Ongay, aseguró que tuvo dudas desde el comienzo porque todos hablaban de un supuesto accidente, “pero todos daban hipótesis distintas, lo que era raro”. Luego de que se hiciera la autopsia, un mes después del hecho, Horacio García Belsunce la citó a una reunión en otra confitería para pedirle que se sumara a “un equipo de investigación formado por la familia” para ayudar al fiscal Diego Molina Pico. “Pidió un whisky y habló: ‘La autopsia dijo que María Marta tiene cinco tiros en la cabeza’”. Cuando Murray le preguntó si sospechaba de Carrascosa, el hermano de la socióloga contestó: “No, el Gordo zafó porque llegó (a la escena del crimen) después que el vigilador” del country Carmel, donde vivían.
Murray aseguró, además, que la masajista Mabel Michelini le dio dos versiones distintas sobre lo que ocurrió cuando llegó a la casa de María Marta, el 27 de octubre de 2002, día del crimen. “Me dijo que tuvo que ir a buscar a Carrascosa al Club House (dentro del Carmel) y que juntos se dirigieron hacia la vivienda.” Una vez allí, el marido de María Marta subió a la habitación del primer piso, mientras Michelini bajaba de su auto los elementos para hacer masajes. “El le avisó –recordó Murray el primer relato de Michelini– que subiera sin nada porque María Marta había sufrido un accidente.” Con posterioridad, según Murray, la masajista le dijo lo que relató en este juicio, en el sentido de que “se demoró al entrar y cuando tocó el timbre, Carrascosa le dijo que subiera sin nada, porque su esposa había sufrido un accidente”.
Ongay, que se conoció con María Marta cuando ambas tenían 11 años, aseguró que hubiera preferido que a su mejor amiga “la hubiera matado un desconocido, alguien que dispara y se va, porque esto es muy fuerte afectivamente para mí”, aludiendo a sus sospechas contra Carrascosa, ya condenado, y el resto de los imputados. Ongay, que desde hace 30 años vive en Bariloche, se enteró de la muerte por teléfono.
Esa noche habló con Carlos Carrascosa, quien le informó que María Marta “se había pegado un golpe en el baño y se había muerto en un accidente”. Una de las últimas veces que habló personalmente con su amiga, en abril de 2002, notó que Carrascosa la llamaba a María Marta “cada dos minutos”. Su amiga le comentó que “el Gordo estaba cada vez más paranoico, la cuidaba más y la llamaba a cada rato”.
Sostuvo que siempre dudó de que su amiga se hubiera caído en la bañera porque “era muy deportista, no era una persona torpe”. Sus dudas se fortalecieron porque en el velatorio “unos decían que se había golpeado contra la ventana, otros contra la canilla, otros que se había caído hacia adelante y se había ahogado. Yo pensé que uno se muere de una sola manera”. Ratificó que Pichi Taylor, que estuvo imputada por encubrimiento pero luego fue sobreseída, le dijo que Carrascosa quería que no se hiciera la autopsia. En el juicio anterior, donde Carrascosa fue condenado a perpetua por el homicidio de su mujer, se hizo un careo entre Ongay y Pichi Taylor, porque ésta niega la existencia de esa conversación entre ambas. Las defensas dejaron abierta la posibilidad de repetir ese careo entre hoy y mañana.
Un segundo careo podría realizarse entre el imputado Horacio García Belsunce y Susan Murray, en relación con lo ocurrido en la reunión entre ambos que fue relatada ayer por la testigo. Por razones que se desconocen, la defensa de García Belsunce evitó hacer ayer mismo ese careo, aprovechando la presencia de Murray.

4 comentarios:

  1. No entiendo a la Sra. Susan Murray, como puede decir que la quería a María Marta y ahora dedicarse a ensuciar y a hacer tanto daño a las personas que ella mas quería? Eso está muy lejos de ser "amistad"! La escucho hablar de puras suposiciones sin fundamentos. Dice que le llamaba la atención que María Marta hablara tan bien de todos sus familiares, eso lo ve sospechoso? No vió el cajón y se atreve a juzgar su calidad. No conocía a Irene Hurtig, y a Carlos Carrascosa lo saludó de lejos en sólo 2 oportunidades, y esta señora se atreve a juzgar sus reacciones ante el dolor? Si no los conocía? Cómo puede ser que las cientos de personas, amigos, familiares, vecinos, empleados, etc que sí conocían a Irene y a Carlos no les haya sorprendido nada sus maneras de reaccionar? Por favor, sepan dicernir a quien creer y a quien no, hay una familia entera sufriendo!!! Cómo pueden darle espacio a alguien que ni siquiera conoce la causa en detalle? Que sigue repitiendo lo de las costillas rotas como parte del asesinato, cuando está comprobadísimo x todos los forenses que las costillas fueron rotas post mortem producto del RCP! María Marta merece respeto, es vergonzoso lo de esta señora Susan Murray, habla x chismes, impresiones, especulaciones, porque lo que ella realmente sabe como hecho fáctico es que María Marta amaba a su familia y especialmente a su marido, ella mismo lo dijo: "Tenían un matrimonio envidiable!". Ruego a Dios que algún día les haga abrir los ojos para mirar hacia el lado correcto... y con el CORAZÓN! Hay un inocente preso, y hasta que no se revierta, jamás encontrarán a los verdaderos culpables!!!!!

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  2. Quiero refutar a esta anónima tan prolijita y que manifiesta conocer tan bien todo y lo bueno y correcto de estas familias ejemplares. Saben que pienso? Cómo entender el silencio de la familia ante la muerte y la barbarie? Observo esto es un gran caso de familia patológica, con juegos perversos de exclusión, donde a nivel cofradía se genera la exclusión psicológica y hasta física de algún integrante. La seguridad de dinero-poder- influencias judiciales y hasta políticas pareciera que dieran el manto de la buscada impunidad.
    Saben que observo hoy? María Marta pudo, desde donde esté cobrarse esta jugarreta. La familia ante los medios, la verguenza pública y la cárcel.

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  3. Imbecilidad total a todos los que no usan el sentido común, susan murray no era amiga de maria marta, ademas, reclamo para que se hicieran los adn y cuando les dio negativo no hablo mas...
    si quieren saber lo que dice la causa y a partir de ahi hablar con fundamento les paso la direccion del blog donde la estamos subiendo
    http://casobelsunce.blogspot.com.ar

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  4. Lo que no pudo hacer la familia es explicar por qué intento tapar lo sucedido, porqué actuó como actuó, con la masajista que insisten en colocarla antes en la casa cuando estaba esperando, el verso del pituto que no se lo pueden creer ni ellos (quizás una torpeza de Juan que delata el intento de encubrimiento) pero fundamentalmente la obsesión de obtener el certificado de defunción firmado sin la revisión correspondiente. Quienes pasamos por hechos aún menores (muerte en accidente vial, muerte en el domicilio) ni se nos pasó por la cabeza un detalle semejante, menos evitar que al menos un médico la revise como corresponde. La única manera de buscar eso es querer ocultar algo, que no prueba que sean cómplices de su asesinato pero sí de que algo más sabían o sospechaban, de lo contrario hubieran pedido que alguno de los dos médicos certificara su muerte y permitido que verificara como corresponde en ese momento.

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