lunes, 18 de octubre de 2010

Viviam Perrone: "Los delincuentes tienen que cumplir hasta el último día de la sentencia"

21 de septiembre. Viviam Perrone pinta una estrella
donde fue atropellado su hijo Kevin Sedano en 2002.
Eduardo Sukiassian nunca cumplió la condena.
La presidenta de la Asociación y mamá de Kevin Sedano dice que una persona que mata o que viola recibe 20 años de prisión efectiva, pero se convierten en 7 u 8. De esta forma, rechaza la idea de beneficiar con una reducción a los presos que hagan control mental y mejoren su conducta, aunque el sistema se aplique en las 55 unidades penales de la provincia de Buenos Aires. A continuación reproducimos algunas de las notas en las que aparece el testimonio de Viviam, cuyo hijo fue atropellado y muerto con 14 años en 2002 en el partido bonaerense de Vicente López. Kevin cruzaba la avenida del Libertador escapando de una patota callejera. El automovilista asesino, Eduardo Sukiassian, fue condenado, pero nunca cumplió la pena de tres años de cárcel efectiva.
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FUENTE: Cronica.com.ar
FECHA: 18 de octubre de 2010
VOLANTA: Cosa de locos
TÍTULO: Hacen meditar a los presos para que salgan antes
BAJADA: El Servicio Penitenciario Bonaerense inició una serie de cursos para que los internos logren el "autocontrol mental". Las Madres del Dolor cuestionaron la iniciativa.
DESARROLLO: La aplicación del sistema creado por la gurú australiana Isha es un hecho en las 55 unidades penales de la provincia de Buenos Aires. Los impulsores de la medida, que ya lleva dos años "de éxito" en su prueba piloto, aseguran que buscan que los internos "bajen el nivel de estrés de sus cerebros" y mejoren así su conducta, como un paso previo para la reducción de la pena.
Los cursos se realizan incluso en las cárceles de máxima seguridad desde el 28 de julio último. Ya hay 300 internos inscriptos que repiten, en cada clase, tres veces la frase: "El amor me crea, en mi perfección".
Según explicaron las autoridades del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), evaluarán la conducta de los presos que participen de manera voluntaria, y los resultados influirán a la hora de analizar una posible reducción de la pena.
"Lo que enseña es autocontrol mental. Notamos una importante baja en los índices de violencia en las unidades en las que hay internos que lo practican. El sistema baja la ansiedad y la depresión de los internos y contribuye a la readaptación", señaló Javier Mendoza, director del SPB.
El especialista señaló que no se trata estrictamente de control mental sino que "es una técnica que les ayuda a las personas a vivir el momento presente".
"Son internos que por su propia voluntad quieren un cambio", aclaró.
Tras calificar los crímenes como "errores" que cometen las personas, Rodríguez dijo estar convencido de que los presos pueden alcanzar la transformación. Y que eso se torna evidente. "Se nota cuando alguien habla del corazón. Se nota en sus actitudes, en su tono de voz, en su mirada; cuando alguien te mira a los ojos, cuando no esquiva la mirada, cuando no titubea, no hay miedo… cualquier persona puede darse cuenta", señaló.
Cada uno de los internos cuenta, al ingresar al penal, con 10 puntos en su haber, que va perdiendo cada vez que realiza una falta grave como pelearse con facas o intentar fugarse. En caso de que esto ocurra, se da intervención al juez y al Grupo de Admisión y Seguimiento de esa unidad carcelaria (que integran utoridades, docentes y el capellán). Si, pasados cuatro meses, el delincuente no incurrió en nuevos incidentes de este calibre, recupera su puntuación. Así se evalúa su conducta, según publicó el diario La Nación.
De acuerdo con los impulsores de la medida, muchos presos hoy están cerca de cumplir este objetivo. "Está funcionando. Hemos visto muchísimos cambios en muchos internos", sostuvo Rodríguez.
"No será automático -agregó Mendoza-, es decir que sólo por participar de los cursos los internos no podrán reducir su pena. Pero esto va a incidir en forma directa: si la persona no se inmiscuye en peleas y se aparta del acontecer violento, si tiene buena conducta, va a conseguir la reducción de la pena o salidas laborales".

Las Madres del Dolor cuestionan la iniciativa
Vivian Perrone, presidente de esta ONG, criticó la inclusión de la "meditación" entre los detenidos como una forma de reducir la condena.
"¿Por qué siempre se habla de reducir la pena? Está bien que se haga algo para que los presos mejoren su conducta, pero una persona que cometió un crimen tiene que cumplir su condena. Portarse bien es su obligación. Que el que se porta mal se quede más tiempo. Hoy, una persona que mató o que violó recibe 20
años, que se convierten en 7 u 8", reflexionó la mujer.
En ese sentido, Rodríguez opinó: "Nosotros no sabemos quién es quién: les enseñamos a seres humanos que quieren un cambio, que se nota que quieren cambiar, y les damos la oportunidad de que lo logren".
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FUENTE: Infobae.com
FECHA: 18 de octubre de 2010
TÍTULO: Las Madres del Dolor criticaron que se permita a los presos "meditar" para reducir su pena Posteá tu comentario
BAJADA: Vivian Perrone, presidente de esta ONG, sostuvo en Radio 10 que los delincuentes "tienen que cumplir hasta el último día de la sentencia". "Todos somos iguales ante la ley, todos debemos tener las mismas responsabilidades", señaló.
DESARROLLO: Perrone, presidente de la ONG Madres del Dolor, se mostró en contra de la iniciativa que permitiría a los internos reducir su condena si participan de un curso de meditación bajo la técnica de Isha y luego aplican lo aprendido en su vida cotidiana, en una entrevista que mantuvo con Oscar González Oro por Radio 10.
"Cuando nos enteramos de toda esta situación, por un lado nos pareció positivo porque todo lo que se puede hacer para ayudar a esta gente a reinsertarse en la sociedad realmente es importante", opinó, al tiempo que aclaró que lo que cuestionan desde la asociación es que la internalización de este modo de vida no tiene nada que ver con la reducción de pena".
En ese sentido, recordó que tanto las personas que se encuentran presas como las que no deben cumplir con sus responsabilidades.
"La vida es así, tenemos que cumplir con nuestras obligaciones. Ellos también tienen que cumplir hasta el último día de la sentencia. A nosotros en nuestros trabajos no nos resumen ni nos 'achican' nada. Todos somos iguales ante la ley, todos debemos tener las mismas responsabilidades para después tener los mismos beneficios", sostuvo Perrone.
En tanto, sugirió que, tras el cumplimiento efectivo de la pena, la mejor manera de alcanzar la reinserción social es mediante el trabajo.
"Todos estos sistemas nos parecen muy importantes, pero lo que no se les está dando (a los presos) es una herramienta como para que cuando salgan puedan trabajar, que realmente se les enseñe a trabajar dentro de las cárceles, que puedan ellos recibir un sueldo estando ahí para que cuando salgan digan: 'Bueno, ahora tengo x cantidad de dinero ahorrado, puedo ponerme un negocio y no tengo que salir a delinquir para mantener a mi familia", reflexionó.
Y agregó: "Lo que les está faltando es la herramienta para que el día de mañana puedan decir: 'Ahora sí soy un hombre de bien'. El trabajo dignifica, es lo que tenemos que enseñarles a ellos".
Finalmente, la presidente de las Madres del Dolor recordó: "La mayoría de las personas que cometen ilícitos son reincidentes".
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FUENTE: Lanacion.com.ar
FECHA: 18 de octubre de 2010
AUTORA: Evangelina Himitian
VOLANTA: Reducción de condenas
TÍTULO: Meditar, una forma de dejar antes la cárcel
BAJADA: Incorporan el sistema de una gurú en las penitenciarías bonaerenses
DESARROLLO: En un pabellón de la unidad 18 de Gorina, en La Plata, 20 presos repiten con los ojos cerrados: "Alabanza al amor, en su perfección". Después, quedan en silencio. El guía repite la frase y los mantiene así, en inalterable quietud, durante 15 minutos. Son alumnos de un sistema creado por la gurú australiana Isha, que acaba de ser incorporado como parte de un controvertido programa educativo del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) en las 55 unidades de la provincia, donde se aloja a 26.400 presos, incluso en cárceles de máxima seguridad.
"Los que mejoren su conducta gracias a este sistema podrán aspirar a reducir sus penas", dijo a La Nacion el director del SPB, Javier Mendoza. La novedad provocó el rechazo de la Asociación Madres del Dolor. "¿Por qué siempre se habla de reducir la pena? Está bien que se haga algo para que los presos mejoren su conducta, pero una persona que cometió un crimen tiene que cumplir su condena. Portarse bien es su obligación. Que el que se porta mal se quede más tiempo. Hoy, una persona que mató o que violó recibe 20 años, que se convierten en 7 u 8", señaló Viviam Perrone, que dirige la asociación.
El sistema Isha se basa en bajar los niveles de estrés del cerebro mediante la generación de pensamientos positivos. El SPB evaluará la conducta de los presos que voluntariamente se inscriban y los resultados incidirán a la hora de calificar para la reducción de pena por buena conducta. Por el momento, son unos 300. Los cursos se iniciaron el 28 de julio último.
"Ojalá que sean más los inscriptos. Hemos notado que mejoró mucho la conducta de los internos que participaron del sistema Isha", dijo Mendoza. "Lo que se enseña es autocontrol mental. Notamos una importante baja en los índices de violencia en las unidades en las que hay internos que lo practican. El sistema baja la ansiedad y la depresión de los presos y contribuye a la readaptación", afirma Mendoza.
Y continúa: "Los internos que están aplicando el sistema se alejaron rotundamente de actividades que generan roce. Hay 300 internos que están trabajando, y se nota el cambio. Desde el punto de vista readaptativo, nos satisface, da seguridad dentro de la población carcelaria".
Desde el SPB se explicó cómo funciona la evaluación de la conducta de los presos. Todo nuevo interno ingresa con 10 puntos en su haber y los va perdiendo a medida que comete faltas graves, como pelearse con facas con otro preso o intentar fugarse. Allí, se da intervención al juez y al Grupo de Admisión y Seguimiento del penal, integrado por autoridades carcelarias, el capellán y los docentes, entre otros. Si pasan cuatro meses y la persona no comete faltas graves, recupera los 10 puntos originales.
Alejandro Rodríguez es uno de los maestros de la fundación Isha que trabajan en las cárceles desde hace dos años, como forma de experiencia piloto. "Gracias a los resultados, la Dirección de Cárceles incorporó el sistema Isha al nuevo programa educativo de reducción de pena. Cuenta con la supervisión del Comité de Cárceles y la evaluación que arroje será considerada para estimar la buena conducta del interno", apunta.
"No será automático, es decir que sólo por participar de los cursos los internos no podrán reducir su pena. Pero esto va a incidir en forma directa: si la persona no se inmiscuye en peleas y se aparta del acontecer violento, si tiene buena conducta, va a conseguir la reducción de la pena o salidas laborales", confía Mendoza.
El funcionario reconoce que se trata de una iniciativa que puede resultar controvertida, aunque apunta que dentro del SPB no despertó resistencias: "Era impensado aplicar esto hace cinco o siete años, pero, ahora, el Servicio Penitenciario ha evolucionado mucho", dice.
LA NACION participó de una de las capacitaciones. La presencia de los maestros de Isha de por sí impone un aura distinta. Las autoridades hablan con términos como "autocontrol", "relajación", "liberar el estrés" para referirse a los reos que tienen a cargo. Un grupo de presos medita. Jorge abre los ojos y cuando el maestro le pide que cuente su experiencia, se enoja porque dice que le negaron la condicional. "Hace tres años que estoy acá, es injusto."
-Repetí la fase tres, ahora... "El amor me crea, en mi perfección."
-Sí, pero es injusto, yo...
-"El amor me crea..."
Finalmente Jorge la repite y al cabo de unos minutos dice que se siente relajado. En la semana estuvo practicando deporte, unas dos horas diarias, para descargarse, para reducir el estrés y evitar descargarse con sus compañeros o autoridades. "El jueves recibí visitas y mi gente dice que me nota cambiado", confía.
Otro de los presos cuenta que se molestó con su esposa cuando habló por teléfono. Que esa noche gritó en su codo, como parte de una técnica que le enseñó el maestro para controlar su estrés. "Al día siguiente la llamé y pude decirle que tenía razón, pudimos hablar calmados", cuenta ante todo el grupo, sin temor a exponer ante un universo "tumbero" su parte más sensible.

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