Isabel Yaconis sigue buscando al asesino de su hija Lucila, que tenìa 16 años cuando fue encontrada sin vida en 2003 en el barrio porteño de Núñez. |
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La Unión Europea lo sabe por experiencia. Las bases de datos genéticos nacionales son la mejor herramienta para atrapar a los violadores. El paso posterior es crear una red de información entre países, algo que el Viejo Continente también está intentando con éxito. A continuación les presento la cobertura periodística de tres casos resueltos en España con notable eficacia, uno de ellos 16 años después del crimen. Leyeron bien: dieciséis temporadas más tarde. En las investigaciones trabajaron coordinadamente cinco instituciones españolas (la Policía Nacional, la Guardia Civil, el Instituto Nacional de Toxicología, la Ertzaintza -policía del País Vasco- y los Mossos d'Esquadra -policía de Cataluña-) e Interpol, que aportó información del Reino Unido.
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FUENTE: Elpais.com (desde Madrid, España)
FECHA: 6 de noviembre de 2010
AUTORA: Mónica Ceberio Belaza
TÍTULO: Violadores perseguidos por el ADN
BAJADA: La Policía Nacional resuelve cinco violaciones y un asesinato ocurridos años atrás gracias a los perfiles genéticos.
DESARROLLO: La colombiana Yolanda Tabares fue estrangulada y violada, en este orden, en la madrugada del 15 de enero de 1994, en la escalera del edificio de Las Palmas de Gran Canaria en el que vivía. Tenía 44 años.
Una joven británica de 23 años conoció una noche de noviembre de 2001 en una discoteca de Benalmádena a tres chicos, dos hermanos y su primo, que la iban a acompañar a casa pero que prefirieron llevarla a un descampado en Torremolinos para drogarla, amenazarla con un cuchillo y violarla por turnos. Tres veces.
Una compatriota suya corrió una suerte parecida seis años después, en Murcia. El 27 de enero de 2007 un joven la violó en su portal y desapareció. Todos estos hechos se han resuelto en los últimos 10 días gracias a pruebas de ADN que no dejan lugar a dudas sobre la autoría.
En los tres casos ha sido necesario que los autores volvieran a cometer un delito, no necesariamente otra violación, para que se haya podido cotejar su perfil genético con el hallado en el escenario del delito. El presunto asesino de Yolanda Tabares, por ejemplo, fue detenido el año pasado por un robo con violencia. Se analizó su ADN para ver si coincidía con el de una colilla encontrada en el edificio donde se había cometido el robo, y su perfil genético se guardó.
La investigación sobre la muerte de Yolanda Tabares, mientras tanto, seguía su propio camino. Faltaban solo cuatro años para que prescribiera el delito, y los investigadores pidieron al juez que se examinaran los restos biológicos de un exudado vaginal de la víctima que aún se conservaba. Al meter el perfil genético en la base de datos, se vio que coincidía con el del presunto ladrón arrestado el año anterior. El culpable ha aparecido 16 años después. La familia había perdido ya la esperanza de encontrar al asesino. La mujer tenía un hijo de 18 años cuando falleció que ha cumplido ya los 33.
La triple violación de Málaga también tardó en resolverse. Fue necesario que los dos hermanos que habían participado fueran detenidos por otros delitos para que se introdujera en el banco de ADN su perfil, que coincidió con los de los restos hallados en 2001 por la Policía. Los hermanos incriminaron después a su primo en sus declaraciones. Era el tercero que faltaba.
El último caso resuelto es el de Murcia. Un joven de 22 años fue detenido en mayo por intentar violar a una chica en los baños de una discoteca. Al incorporar su perfil genético a la base de datos resultó que coincidía con el de la chica británica violada en 2007. A través de INTERPOL la víctima realizó en el Reino Unido un reconocimiento fotográfico y ha identificado al hombre que la violó.
La base de datos común de ADN de ámbito nacional (a la que incorporan perfiles la Policía Nacional, la Guardia Civil, los Mossos d'Esquadra, la Ertzaintza y el Instituto Nacional de Toxicología) lleva funcionando desde noviembre de 2007.
El año pasado permitió resolver 194 agresiones sexuales.
No solo ayuda a encontrar culpables, sino también a exculpar a inocentes y puede evitar errores procedentes de víctimas que se equivocan al identificar a un sospechoso, como ocurrió por ejemplo en el caso de Rafael Ricardi, trece años preso por una violación que no había cometido.
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Esta nota complementa la cobertura anterior.
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FUENTE: Elpais.com (desde Málaga, España)
FECHA: 26 de octubre de 2010
TÍTULO: El ADN resuelve una triple violación de 2001
DESARROLLO: La reseña policial de ADN ha permitido detener esta semana a los tres supuestos autores de una violación a una mujer de nacionalidad inglesa ocurrida en noviembre de 2001 en Torremolinos (Málaga). A principios de este mes, dos hermanos, F. S. U. y M. S. U., de 31 y 30 años y sin antecedentes, fueron detenidos por un delito de amenazas y lesiones. Como parte de su ficha policial, se les tomó una muestra de ADN.
Este material biológico, que se recoge de forma obligatoria en delitos graves desde 2007, se cotejó con el existente en las bases de datos policiales y resultó que coincidía con el del esperma recogido en noviembre de 2001 en la ropa y en el cuerpo de la víctima de la agresión. Los dos hermanos, que ya habían sido puestos en libertad, fueron detenidos de nuevo acusados de un delito sexual. El testimonio de ambos condujo al arresto de D. S. P., primo de los detenidos, que también participó en la violación.
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*Lucila Yaonis tenía 16 años cuando fue asesinada, en 2003, durante un intento de violación, en el barrio porteño de Núñez. Todavía se desconoce la identidad del homicida, aunque los restos genéticos que quedaron en la ropa de la víctima están registrados.
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