lunes, 15 de noviembre de 2010

Elvira Torres: "El policía que mató a Cristian, Maxi y Adrián debe seguir en la cárcel"

Agosto de 2010. Silvia Irigaray y Elvira Torres durante
 un acto para reclamar justicia en la Capital Federal.
La mamá de Cristian Gómez -e integrante de la Asociación- se opone a que le otorguen el beneficio de la prisión dimiciliaria a Juan de Dios Velaztiqui, autor del triple crimen en el barrio porteño de Floresta el 29 de diciembre de 2001. La defensa alega problemas de salud -ceguera, diabetes y várices- y que el hombre cumplió 70 años. Lo mismo que Elvira dice Silvia Irigaray, mamá de Maxi Tasca -otra de las víctimas- y también miembro de las Madres del Dolor. A continuación reproducimos una nota en la que aparece el testimonio de la primera.
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FUENTE: Launion.com.ar
FECHA: 8 de noviembre de 2010
AUTORA: Nancy Garnica
TÍTULO: Temen que un condenado por tres muertes cumpla la pena en su casa
BAJADA: Se trata del ex policía que en diciembre de 2001 asesinó a los chicos que estaban en una estación de servicio. La defensa alegó problemas de salud y que el hombre cumplió 70 años.
DESARROLLO: Los familiares de los tres chicos asesinados en diciembre de 2001, en Floresta, temen que al ex policía condenado por los crímenes le otorguen el beneficio del arresto domiciliario.
El abogado del ex suboficial Juan de Dios Velaztiqui alegó en la Justicia que su defendido cumplió los 70 años y que padece varios problemas de salud.
El juez ordenó practicarle estudios médicos para evaluar la petición de la defensa. Así lo explicó Elvira Torres, la mamá de Cristian Gómez, uno de los jóvenes asesinados, durante una entrevista con La Unión. “Estamos esperando la respuesta y queremos que sea negativa. Sabemos que el defensor dijo que Velaztiqui está ciego, tiene diabetes y várices”, relató Elvira, una de las mamás que componen la Organización Madres del Dolor.
La Justicia ordenó practicarle chequeos médicos al ex policía federal, que fue condenado por los crímenes cometidos contra Maximiliano Tasca, de 25 años, Cristian Gómez, también de 25 años, y Adrián Matassa, de 23.
El juez debe corroborar el estado de salud de Velaztiqui para luego analizar si le otorga o no la prisión domiciliaria. “El fi scal de la causa se opone y nosotros también”, señaló Elvira. La causa judicial se inició el 29 de diciembre de 2001.
Esa noche, cuatro amigos habían ido a tomar algo al bar que funcionaba en la estación de servicio YPF, ubicada en Gaona y Bahía Blanca.
Allí estaban Maxi, Cristian, Adrián y Quique, de 23 años, mirando la televisión. En una punta del comercio, a metros de los chicos, estaba sentado Velaztiqui, de 61 años, quien trabajaba de seguridad en la estación de servicios. En las otras mesas había tres clientes más y dos empleados del lugar.
Mientras los jóvenes estaban conversando, en la tele mostraron imágenes donde unos manifestantes golpeaban a un policía. Y en ese momento, Maxi le dijo a sus amigos: “Está bien lo que le hicieron por todas las personas que mataron el 19 y el 20 de diciembre. Brindemos por eso”.
Apenas terminó de decir la frase, el policía se levantó, desenfundó un arma de su cintura y gritó: “¡Basta! Cuando los jóvenes vieron que los apuntó, intentaron escapar, pero sólo lo pudo hacer Quique, quien llegó a la puerta y salió corriendo.
A Maxi le apuntó a la sien y le disparó. A Christian le dio un balazo en el hombro y como seguía vivo, le pegó otro en la nuca, cuando estaba tirado en el piso.
A Adrián la bala le impactó en el estómago. “Lo vi venir caminando, agarrándose el estómago, y cuando se tiró abajo de la caramelera. Yo le dije que se quedara quieto, que así iba a pensar que estaba muerto y no le iba a disparar más”, relató Sandra Bravo, una empleada del comercio y la principal testigo de la causa.
Después de atacar a los jóvenes, Velaztiqui arrastró los cuerpos de Maxi y de Cristian hasta unos escalones que había en la puerta de entrada del local. Sandra le contó a la Justicia que el ex policía “colocó un cuchillo” al lado de los cadáveres para “simular” un enfrentamiento, de acuerdo a la causa judicial.
Después de montar esa falsa escena, el hombre hizo una llamada desde el teléfono público del local y rápidamente llegó el personal de la Comisaría 43.
A los agentes le dijo que había matado a “tres cacos”, que habían intentado robar el minimercado de la YPF. Pero cuando lo llevaron a la sede policial, los oficiales se dieron cuenta que su relato no era compatible con los hechos y quedó detenido el mismo día.
Adrián fue trasladado se urgencia hasta el hospital Alvarez. “Allí lo operaron pero falleció a la hora porque tenía una herida muy grave producida con una bala de punta hueca”, indicó Elvira. Velaztiqui fue hallado culpable y hoy está preso en Marcos Paz.
Qué pasó en la causa
El 7 de junio de 2002, el expediente es cerrado y el fiscal le pide al juez que eleve la causa a juicio oral. El 30 de diciembre de 2002, el policía retirado es exonerado de la fuerza y pierde la jubilación y los beneficios que tenía por ser suboficial federal.
El 23 de febrero de 2003, la Justicia lo condena reclusión perpetua.Tras la sentencia, la defensa apeló el fallo en Casación y allí confirman la pena.
No conforme con esa resolución, el defensor apela nuevamente, pero en la Corte Suprema. La Justicia no da lugar a la petición y el fallo queda defi nitivamente firme.
En marzo de 2010, el abogado de Velaztiqui pidió el arresto domiciliario alegando problemas de salud en su defendido. Aún espera la respuesta.

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