Nicolás Piano quedó expuesto y condenado, su familia no puede mentir más

Ema Cibotti con la foto de su hijo
Manuel Lischinsky.

Por Ema Cibotti, mamá de Manuel Lischinsky*
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Decidí poner en orden estas ideas porque el juicio y su resultado ya está en los medios de comunicación.
Nicolás Piano fue condenado a tres años de cárcel en suspenso, con diez años de inhabilitación para conducir, más un curso de educación vial que tendrá que cursar en la Agencia Nacional de Seguridad Vial (toda una novedad). La testigo mendaz (María Eloísa Berisso de Graziani), fue encausada por falso testimonio.
Visto en el vacío es un logro pobre, más cercano a la impunidad que a la justicia. Visto en el contexto argentino es un fallo producto de una sociedad inmersa en la violencia vial, que intenta marcar un cambio por el lado de la educación… Le dieron a Piano una oportunidad que los familiares vamos a monitorear.
En el debate público, Piano quedó expuesto, acusado y condenado, su familia no puede mentir más sobre los hechos, se probó que Manu era una víctima inocente.
¿Y la Justicia? La pena no me conforma pero no me sorprende.
Pero, a pesar de eso, podré llorar ahora a mi hijo en paz.
Buscamos la verdad y la probamos: Manu esperaba parado en la vereda de la plazoleta del Monumento de los Españoles cuando un auto conducido a gran velocidad, por Nicolás Piano, que venía por Libertador, se subió al cordón, lo arrolló y mató. Iban siete en ese auto, Piano presentaba signos de alcohol y aunque no pudo ser usado como prueba porque se negó a hacer el test de alcoholemia, así lo dejó escrito el médico que lo revisó.
Establecer los hechos llevó mucho tiempo. Mientras enterrábamos a Manuel, el 16 de mayo de 2006, la policía daba un informe inicial que decía: que Nicolás Piano iba solo, que no estaba alcoholizado y que Manu había sido atropellado en la calle. La policía prejuzgó y presentó a Manuel como un peatón imprudente, y el diario La Nación levantó así la noticia –casi me muero de pena cuando entonces la leí- ahora le pedí rectificación.
Durante mucho tiempo, solo contamos con la firme declaración de los tres amigos de Manuel, dos de ellos víctimas sobrevivientes del atropellamiento. Ninguno de los tres abandonó el compromiso con la verdad, el juicio oral los ha confirmado plenamente, a la vez que procesa a la testigo mendaz que sostenía lo mismo que había dicho la policía.
Avanzamos con sed de justicia, y encontramos la administración de justicia… famélica de recursos. Y sin embargo, no es poco lo que permite el Código que prevé penas para ser cumplidas, la pelea que sigue entonces es encontrar formas de aplicación efectivas, penales y cívicas, porque la seguridad vial es un derecho humano, un derecho de todos y sobre todo un derecho fundamental para los más vulnerables.
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*Manuel tenía 18 años cuando fue atropellado junto a dos aligos el domingo 14 de mayo del 2006 en el Monumento de los Españoles de la Ciudad de Buenos Aires. Murió al día siguiente, el 15 de mayo, en el Hospital Fernández. El automovilista asesino, Nicolás Piano, seguirá libre, aunque iba alcoholizado, ampliamente excedido de velocidad y con otras seis personas en el auto. Fue condenado por homicidio culposo agravado, con una pena de tres años de prisión en suspenso.