info@activvas.org
www.activvas.blogspot.com
....................
Mi hijo tenía 18 años cuando murió atropellado por Nicolás Piano en la vereda del Monumento de Españoles de la Ciudad de Buenos Aires, el 15 de mayo de 2006. Desde entonces hemos reclamado JUSTICIA. Cinco años después, llegamos a la instancia de debate público que tendrá lugar mañana 18 de mayo a las 9.30 en Paraguay 1536, en el Tribunal Oral en lo Criminal 30. Sabemos que el debate público es esencial para romper la indiferencia de nuestra sociedad frente a la violencia vial. Y también sabemos que es esencial para que los jóvenes vean que se cumple el deber del Estado de garantizar el derecho de las víctimas, a través del acceso a la justicia.
Justicia para Manuel!
La Seguridad Vial es un derecho humano.
...................
A continuación, los invito a leer dos coberturas periodísticas que completan la información.....................
FUENTE: Clarin.com
FECHA: 13 de mayo de 2007
SECCIÓN: Sociedad
VOLANTA: Habla la mamá de un chico atropellado y abandonado en el Monumento de los Españoles
TÍTULO: "Lo de mi hijo fue un asesinato vial"
DESARROLLO: El martes se cumplirá un año de la muerte de Manuel Lischinsky (18), quien fue atropellado y abandonado en la vereda de la plazoleta del Monumento de los Españoles. Ese día, con un acto simbólico en ese lugar, la familia lo recordará y reclamará por justicia. Es que el conductor (Nicolás Piano, de 22 años) está libre, aunque imputado por "homicidio culposo".
"Es una sensación de abandono desesperante. En un año no se avanzó en nada. Recién nueve meses después del hecho el imputado fue llamado a declarar. Pero no le sacaron el registro y no mostró el mínimo de compasión: en todo este tiempo sólo reclamó que le devolvieran el auto", cuenta Ema Cibotti, mamá de Manuel. Junto a su hijo Martín, de 16, impulsan la causa. No puede acompañarlos Sergio Lischinsky, esposo y padre: en marzo murió de un cáncer fulminante, detectado en octubre.
"Su enfermedad fue por tanta violencia e impunidad. Pero aunque hoy quedamos mi hijo y yo, en el imaginario somos una familia. Nos pensamos como cuatro. Y como cuatro vamos a buscar justicia", avisa la historiadora Cibotti, autora de "Queridos Enemigos", donde analiza las relaciones entre Argentina e Inglaterra.
La noche fatal, Manuel y tres amigos venían caminando de un boliche. Pararon en el Monumento a tirar unas monedas en la fuente. En eso, un Polo fuera de control los embistió. Manuel murió horas después, en la guardia del Hospital Fernández. Sus amigos resultaron heridos.
Las pericias todavía no determinaron si el auto sufrió una falla mecánica, si el conductor manejaba borracho —Piano no se sometió a un control de alcoholemia— o venía a una velocidad imprudente. "No se trató de un accidente. Fue un asesinato vial", denuncia Ema, indignada por testigos que en los últimos tiempos aportaron confusos testimonios.
"La cara deshumanizada de la Justicia genera desesperación y desesperanza. La muerte de un hijo resulta un hecho brutal para cualquier padre, pero más estupor y miedo me generó la reacción tan desapegada por la vida de quien lo mató y lo dejó abandonado", recuerda Cibotti.
....................
FUENTE: Pagina12.com.ar
FECHA: 6 de mayo de 2011
SUPLEMENTO: Las 12
AUTOR: Luciana Peker
TÍTULO: Mujer del tiempo
BAJADA: Historias mínimas de nuestra historia es el nuevo libro de Ema Cibotti, donde rescata a mujeres de la historia como Josefina Pelliza, que en 1877 consideraba heroicas a las mujeres que escribían, o Juana Manso, que por pelear por la educación mixta y pública fue tildada de loca.
DESARROLLO: “Se puede hacer en cuatro palabras de sonido hueco el croquis en que se encierran los puntos cardinales de esa vida: el lujo, la vanidad, la ignorancia y luego el fastidio. La instrucción, la ilustración, bastaría para salvarla, el hombre lo sabe, lo ha pensado, pero le teme, por eso echa llave a su biblioteca y deja sólo a la mujer el devocioniario cotidiano”, escribía con precisión, denuncia y esperanza Josefina Pelliza de Sagasta, quien creó en 1877 el periódico La Alborada del Plata, junto a Juana Manuela Gorriti, con el objetivo de promover la virtud, la educación y regeneración social de la mujer.
Josefina señalaba: “La mujer argentina que escribe una carta –una página, un libro, en fin– tiene que ser antes que escritora ¡heroica! ¿Recibe acaso la palabra estimulante que alienta y vigoriza la voz que retempla y da fuerza en la empresa para ganar firmeza y proseguir la escala? ¡Oh! Se necesita ser heroica para lanzarse a las alturas y arrancar de la frente del hombre pensador una hoja no más de su corona”.
Todavía no había empezado el 1900 cuando Josefina escribía sobre el valor de la escritura. Sin embargo, en el 2011, una reseña de pensadores nacionales los mostró como un equipo de fútbol (masculino, claro) y puso una página web que remarcaba ellospensaron.com. La historiadora Ema Cibotti sigue siendo valiente, heroica, desafiante al mostrar a mujeres protagonistas, marginadas y pensadoras de la historia nacional. Algunas como Josefina Pelliza de Sagasta, una mujer que se animaba a cuestionar la incapacidad jurídica dictada por Vélez Sarsfield en su versión del Código Civil: “Sólo por un olvido punible, la mujer esposa, la madre muchas veces en edad avanzada, es la única que está despojada de todo y en calidad de una servidora obligada a la maternidad, condenada en su santa resignación a dar la vida, ella la que padece, la que sufre y ama, sin un derecho, sin más prerrogativas que las del perro”.
Las palabras son filosas como la rabia. Y Cibotti las rescata para sacar a las figuras femeninas de un neo-romanticismo que reivindica las puntillas femeninas de la historia.
En el capítulo “Mujeres de carne y hueso” del libro Historias mínimas de nuestra historia, de Editorial Aguilar, Cibotti rescata y revela las ideas de Rosa Guerra, la directora y creadora de La Camelia una forma de ejercer un periodismo femenino que proclamaba la libertad y la igualdad entre ambos secsos (sic). También relata que durante la Guerra del Paraguay las mujeres fueron la presa más codiciada.
Y que hubo mujeres que no se quedaron presas de sus mandatos. Juana Manso defendió las escuelas públicas mixtas, enfrentó a las damas de la Sociedad de Beneficencia y soportó que la llamaran “la loca” mientras ella inauguraba la primera Biblioteca popular en Chivilcoy, en 1866.
SUBTÍTULO: La nueva historia
Ema tuvo que reinventar/reinventarse de nuevo para poder seguir escribiendo. Antes, en su casa antigua de Palermo, escribir era una fiesta: un buen argumento para discutir con su marido Sergio Lischinsky. Su libro anterior Queridos enemigos, de Beresford a Maradona, la verdadera historia de las relaciones entre ingleses y argentinos le agradecía “Su amoroso rigor hace que lo mejor sea posible”. El texto ya estaba escrito cuando su vida quedó en blanco. Un auto atropelló, el domingo 14 de mayo del 2006, a su hijo Manuel, cuando él tenía 18 años, en el Monumento de los Españoles, y murió al día siguiente, el 15 de mayo, en el Hospital Fernández. La edición estaba terminada, pero ella llegó a pedir un cambio para dedicarle el libro. Después, no pudo escribir sin compartir con su hijo mayor los helados de las tardes. Lo abrazó en el silencio invisible de la tristeza indescriptible. Y peleó para que la palabra ‘justicia’ no se escabullera como la vida de su hijo. Ema, ahora, cinco años después, convida un té cálido y de gustos distintos –para que la vida siga planteando elecciones– y sigue rodeada de pájaros y peces que pueblan de adornos una casa que alberga a algo más que una mujer y sus recuerdos: a una mujer, sus deseos y su familia. Su familia, que es más que ella y su hijo (menor) Martín, que ahora tiene 19 años. Son ellos. Y son los que murieron. Ema aprende –o enseña– a revalorizar el pasado, el recuerdo, las sensaciones que le traen los juegos en familia como un modo (personal y colectivo) de hacer de la historia un impulso, un impulso que –como sus historias–, aunque sea mínimo, hace levantar la polvareda.
¿Cómo es volver a escribir después del dolor?
–Primero, tuve que tener el deseo de escribir. Cuando yo escribía éramos cuatro y yo escribía con la presencia muy fuerte de mi marido, con el que compartíamos charlas interminables. Estuve veinte años casada con él y fue una larguísima conversación. Había discusiones, pero a mí me gustaban sus puntos de vista, me gustaba cómo miraba el mundo. Yo estaba entretenida en mi matrimonio. Y Manu estudiaba ingeniería electromecánica pero le gustaba mucho la filosofía y leer. Era inquisitivo y observador, y siempre me traía helado cuando yo trabajaba.
¿Cómo hacés para preservar a Martín del dolor y devolverle esperanza?
–Lucho para que haya transformación social con paz porque durante meses dije “A mi hijo lo mató un auto”. No podía concebir que el auto estaba manejado por una persona. La sensación de violencia es brutal. Manuel venía de bailar y estaba esperando para cruzar cuando un auto conducido por Nicolás Piano a toda velocidad se subió a la vereda del Monumento a los Españoles y lo atropelló.
¿Sentías miedo cuando tus hijos salían?
–Yo siempre fui bastante miedosa. Pero tenía un marido que, por suerte, me enseñó a despegarme de los chicos y los ayudó a ellos a despegarse de su mamá. Los hijos no pueden vivir a upa ni pegados a la pollera. Además, los dos eran muy centrados y cuidadosos.
¿La muerte de tu marido la atribuís al dolor de perder a Manuel?
–Sergio fallece a los nueve meses de la muerte de Manuel y hay una relación muy directa. La oncóloga se lo dijo: “La muerte de su hijo le destruyó su sistema inmunológico”. Era inexplicable cómo en una especie de estruendo interno le explotó la metástasis.
¿Por qué todavía no se realizó el juicio?
–Hay una fecha tentativa para un debate público el 16 de mayo, por el delito de homicidio culposo agravado. El joven que lo atropelló está libre, pero sin registro para conducir desde hace dos años. Este muchacho es un violento vial, de eso estoy convencida, por la manera en que actuó. No es que cuando atropelló a Manuel gritó desesperado “¿qué hice?”. Con mi hijo debajo de su auto, con veinte añitos, le decía al policía “haga circular a la gente” para que no lo puteen. Es un patotero de barrio y un patotero vial. Por eso, me gustaría que hubiera unos meses de restricción de libertad para que se ponga a pensar en el daño que hizo, que es definitivo, porque mató a una persona y eso no tiene arreglo. Y me gustaría que las leyes argentinas fueran contra el patrimonio de las personas, porque hay gente que sólo entiende con el bolsillo. Además hay algo que me preocupa: ¿qué pasa con los pobres que son en su mayoría peatones y con las mujeres que arrastran a los niños por la calle y los llevan a la escuela o tienen a cargo a los mayores? Acá también hay una cuestión de inequidad social y de género que hay que empezar a mostrar. Por eso fundé una Asociación Civil para Trabajar contra la Inseguridad Vial y las Violencias con Acciones Sustentables (Activvas) para decir que un accidente no siempre es un accidente: conducir alcoholizado, cruzar la luz roja, burlar las leyes de tránsito, superar la velocidad máxima permitida, violar la senda peatonal no es un accidente. Cuando murió mi hijo me metí en la realidad más oscura pero con una convicción profunda que fue salvadora: que nuestros hijos tenían derecho a la vida y se la habían arrebatado. Y yo me desmarqué de la gran historia. Me di cuenta de que en los hechos mínimos está la realidad.
Ahí es donde escribiste “somos seres de tiempo”, esa frase que figura en la introducción de tu libro...
–Sí, yo era una mota de polvo de la polvareda que deja una gran carrera. Sentía que estaba cocinando cuando escribía con lo que hay en la cocina o como cuando una cose con retazos. El camino despejado ya no me dice nada.
Ahora se reconoce que hubo mujeres protagonistas de la historia, como Evita o Juana Azurduy, pero en una exposición se mostraba que sólo hubo pensadores nacionales varones...
–Julieta Lanteri, Josefina Pelliza, Juana Manso pensaron la historia. Pero quedaron olvidadas incluso por el revisionismo anti-liberal. Por eso quise darles protagonismo histórico a las motas de polvo que están suspendidas en el aire.
....................
*Manuel tenía 18 años cuando fue atropellado y abandonado el domingo 14 de mayo del 2006 en el Monumento de los Españoles de la Ciudad de Buenos Aires. Murió al día siguiente, el 15 de mayo, en el Hospital Fernández. El automovilista asesino, Nicolás Piano, está acusado de homicidio culposo agravado. Le sacaron el registro de conducir hace dos años, pero continúa libre.
Dadas las circunstancia, siempre, siempre respete su dolor. y juro entiendo que en un momento así pasan por nuestra mente mezcla de sentimientos. espiritualizo y pido a DIOS ilumine sus caminos. pero tiene un concepto total mente equivocado de lo que son los hechos.. Nicolas Piano.. es un chico que tubo un accidente. NOO!! es patotero de barrio ni mucho menos asesino. CON TODO MI RESPETO SOLO EL SABRÁ LA MOCHILA PESADA QUE LLEVARA EN SU VIDA . CREO QUE YA CON ESO TIENE SUFICIENTE. NO DESTRUYAN MAS SU VIDA CON INFAMAS .OJALA DESDE DONDE ESTE MANUEL PUEDA LLEVAR UN POCO DE PAZ A SUS CORAZONES TAN HERIDOS..
ResponderEliminarEste comentario es el mas correcto de todos, algo de claridad a tan oscuro panorama...
ResponderEliminarFue y sera un accidente... no se puede poner ninguna otra caratula...
Piensen que esto le puede suceder a cualquiera, y aca no hubo abandono, una cosas es abandonar y otra saber socorrer que es diferente.
Porqe no fundo una asociacion antes?
ResponderEliminarEs algo muy pscicologico, algo muy natural, porque todos estamos encontra de lo que nos pasa, pero nunca lo prevenimos...
Pero lo mas importante no es si lo hicimos o no, sino el porque...y el porque es algo mas simple todavia, que saber leer.... y eso es porque todos sabemos que nos puede pasar a nosotros mismos.....
Nada existiria sino lo hiciera el otro o hasta que nos pase a nosotros mismos....
Solo escribo estas letras para reflexionar...
Espero que les sirva y que sepa que como a ustedes les pasa este momento feo hay muchos y nunca estamos libres de cometer los mismos errores que los demas...
NO FUE ABANDONADO....................
ResponderEliminarA la mama de Manuel. Usted esta permitiendo que le destruyan la vida a una persona de tan solo 12 años. El hermano de Nicolas Piano, nada tuvo que ver en esto y nunca lo tendrá. Por favor le pido deje de lado por un segundo su dolor, siempre respetado de mi parte, y actúe sobre estos chicos que no se cansan de mandarles mensajes al nene y a sus amigos tan indefensos como él. No hablo por Nicolas,sino solo por su hermano.
ResponderEliminardestruyendo la vida del hermano ajjajaaj
ResponderEliminar...CARADURAS piano destruyo a toda una familia ymucho mas la vida de un chico lleno de sueños
QUE TIENE QUE VER EL CULO CON ROMA INFELIZ
ResponderEliminarMe parece que sobrepasaron un límite de verdad, nunca se dejó de lado la muerte de Manuel, que realmente fue una tragedia, nadie puede decir lo contrario, no tengo dudas que el dolor es insoportable y que hasta a veces nubla la razón, que es exactamente lo que está pasando acá. Se sabe muy bien que esto fue un accidente, que no fue algo que se planeo, no habia alcohol en sangre, no hubo abandono de persona y no iba rápido, fue un accidente, si las circustancias en donde nos encontramos hacen que cada una de las partes quieran ver diferentes realidades no es un problema que tengan que sufrir gente que no tiene nada que ver con el caso. El hermano de Nicolás Piano tiene 12 años, y no tiene porque pagar por un accidente que le ocurrio a su hermano, me parece que el que no entiende nada de esta es aquella persona que escribio este ultimo comentario... aca no esta en discusión el dolor de dos familias destrozadas, pero lo que se está queriendo decir es que no tienen porque meterse con personas totalmente ajenas a esto.
ResponderEliminarEs simplemente eso, está en ustedes poder razonarlo, se que es casi imposible, porque poniendome en su lugar no se como reaccionaria, lo que intento decir y demostrar es que por favor no se cieguen, no piensen cosas que no fueron, y que puedan entender que de éste lado se sufre y mucho mas de lo que piensan, Nicolás no es un criminal, tuvo un accidente y va a pagar toda su vida llevando esa culpa insoportable.
No desvíen las cosas y les pido por favor un poco de calma a la hora de hacer las cosas.
Nada más.
yo no puedo creer que mientas escribiendo como anonimo, viste las pericias? se nego al control de alcoholemia y iba a mas de la velocidad permitiva y socorrio a las victimas. una de dos o no sabes nada del caso y piano y cia te mintieron o queres transformar la verdad.
ResponderEliminarel accidente deja de ser accidente cdo la persona ejerce un monton de condiciones que crean un ambiente propicio para que pase un siniestro. piano lo creo sabia que hay cosas que no puede hacer y nop le importo. obvio que no lo planeo pero la imprudencia lleva a la intencion como chaban en cromagnon
quise decir no socorrio
ResponderEliminar