viernes, 16 de septiembre de 2011

Sin controles ni condenas, seguirá creciendo el número de muertos del tránsito

Por Viviam Perrone, mamá de Kevin Sedano*
kevinsedano@yahoo.com.ar
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"En Palermo, un tren del San Martín atropelló a una persona; en el Bajo Flores un colectivo chocó contra un camión y luego fue embestido por el Premetro; en la Panamericana, un auto volcó y se registró un accidente múltiple; y en la General Paz colisionaron dos colectivos".
Así comenzaba una nota publicada en el día de ayer.
Hace solo dos días atrás perdieron la vida 15 personas y los hechos de tránsito siguen.
Pero, ¿Por qué no van a seguir?
Los controles son escasos, los limites se exceden y lo que es peor, no hay respeto por la VIDA.
¿Entonces? Entonces, deberíamos ver por qué esto no ocurre en otros países. Vemos que quien conduce en estado de ebriedad en el estado de California recibe una pena de seis meses de prisión de cumplimiento efectivo además de la multa.
Sabemos que en la Argentina sufrimos una Justicia laxa. Los hermanos Shlenker recibieron una pena de prisión perpetua y el padre Grassi fue encontrado culpable en dos hechos de abuso sexual, confirmado por la Cámara de Casación Penal, pero están libres...
Si nuestro sistema judicial es así, ¿qué ocurre cuando se demuestra que un hecho de tránsito NO FUE UN ACCIDENTE y personas inocentes perdieron la Vida?
NADA.
Sí, perdón. Si ocurre algo. No, ocurre mucho.
Los familiares de víctimas de hechos viales recorren a los tribunales durante años pero no porque se "ensañan" con las causas. Sino porque pedimos un cierre al hecho, un cierre que nunca va a ser Justo porque nuestros seres queridos ya no están pero sí sería reparador. Como los culpables tienen derecho a "apelar" y a "observar" las decisiones tomadas por los distintos Tribunales, las sentencias se leen y releen pero no se ejecutan.
El 30 de Mayo del año 2007, el diario La Nación comparó el caso de mi hijo, Kevin Sedano con el de Kevin Farr en EEUU. Kevin Farr perdió la vida porque tres jóvenes arrancaron un cartel de STOP. Los tres jóvenes que arrancaron el cartel fueron detenidos, juzgados por Homicidio Simple y condenados a 15 años de prisión.
¿Ocurrirá lo mismo con quien colocó el palo para trabar la barrera en Flores?
No creo.
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Esta es la comparación entre el caso del Kevin argentino y el del Kevin estadounidense, ambos víctimas fatales del tránsito.
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KEVIN SEDANO: Argentina; KEVIN FARR: Estados Unidos
Dos casos similares. Dos justicias diferentes.
En Olivos, sobre la Avenida del Libertador, el joven Kevin Sedano fue atropellado por otro joven, Eduardo Sukiassian, quien lo dejó abandonado y se dio a la fuga. Una semana después Kevin murió. Tras años de lucha tenaz de su madre Viviam Perrone y de la Asociación Madres del Dolor, Sukiassian fue juzgado, declarado culpable y condenado a tres años de prisión efectiva. Dos meses después de la condena, los mismos jueces decidieron beneficiarlo con la prisión domiciliaria que en la práctica equivale a eximirlo del cumplimiento de la pena.
En el condado de Hillsborough, Florida, Estados Unidos, el 7 de julio de 1996, Farr, el otro Kevin, iba conduciendo su auto en compañía de sus amigos Randall White y Brian Hernández. Al atravesar una esquina de la calle Pinecrest, estos tres jóvenes de 18 años fueron atropellados por un semi-remolque y murieron. El choque fatal se produjo porque en una de las calles del cruce (Pinecrest) faltaba la señal de STOP, ante lo cual Kevin Farr prosiguió su marcha confiadamente, como es norma en los Estados Unidos.
La inmediata investigación del hecho trágico comprobó que, la noche anterior, la señal de STOP había sido arrancada por otros tres jóvenes, Thomas Miller, Chris Cole y Nissa Baillie. Los tres fueron detenidos, juzgados por homicidio simple y condenados por el Gran Jurado, a quince años de prisión efectiva.
Extraña coincidencia: dos jóvenes de la misma edad y del mismo nombre compartiendo un mismo destino trágico: morir en la flor de la edad en un siniestro de tránsito.
Enorme diferencia: la reacción de las instituciones. Mientras la justicia de nuestro país ni siquiera hizo cumplir una pena de escasa entidad (tres años)**, la justicia de Estados Unidos aplicó todo el peso de la ley con severidad draconiana y, al mismo tiempo, envió un mensaje ejemplar a toda la sociedad.
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* Kevin tenía 14 años cuando fue atropellado y abandonado agonizante el 1º de mayo de 2002 en el partido bonaerense de Vicente López. Sucedió mientras cruzaba a pie la avenida del Libertador y falleció pocos días más tarde. Aunque el automovilista Eduardo Sukiassian fue condenado en 2007 por homicidio culposo, con una pena de tres años de cárcel efectiva, pasó solo dos meses en la cárcel. El fallo fue confirmado en junio de 2011 por la mismísima Corte Suprema de Justicia, pero los Tribunales de San Isidro continúan demorando la detención.

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